Cuidar tu corazón a través de la comida: mucho más que nutrientes

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Por Lcda. MSc. Ericka Borbor – Nutricionista de Girasol

Cuidar tu corazón no se limita a los nutrientes que consumes. Claro que una alimentación variada y suficiente es fundamental: frutas, verduras, cereales integrales, proteínas y grasas, aportan energía y bienestar. Pero lo que realmente hace vibrar tu corazón va mucho más allá: está en cómo vivimos la comida y cómo nos conectamos con la vida a través de ella.

La comida como experiencia completa

En Girasol sabemos que la receta de un corazón vibrante es alegría, entusiasmo y mucha energía. Esa energía no solo viene de los nutrientes, sino de la experiencia de comer: compartir momentos con quienes nos importan, reconectar con nuestra cultura a través de sabores tradicionales y explorar combinaciones de ingredientes que nos provocan placer y satisfacción.

Las grasas son una parte fundamental de estas preparaciones: un chorrito de Aceite Girasol para dar textura crujiente a los alimentos, un aderezo hecho con Mayonesa Girasol que resalta los sabores, o un poco de Margarina Girasol Ligera para enriquecer un plato típico, aportan sabor, saciedad y hacen que la comida sea un verdadero disfrute. Estos pequeños detalles no solo nutren y ayudan a absorber vitaminas liposolubles esenciales, sino que nos conectan con nuestras raíces, nuestra cultura y los recuerdos asociados a cada bocado.

Conexión y autocuidado

Una buena relación con la comida no solo implica comer suficiente y variado, sino también disfrutar, conectar con lo que necesita tu cuerpo y atender tu hambre con atención y amabilidad. Comer con consciencia nos permite reconocer lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento, y al mismo tiempo valorar la dimensión social y emocional de cada bocado.

Herramientas que pueden acompañarte

  • Registro de sensaciones, pensamientos y emociones: notar cómo te sientes antes y después de comer (si te dio saciedad, si era lo que querías, si aparecen pensamientos de culpa o disfrute).
  • Alimentación consciente: prestar atención plena al sabor, aroma y textura de los alimentos.
  • Comida como conexión: disfrutar de tu plato favorito hecho por alguien especial, compartir con otras personas o reconectar con tu cultura y recuerdos.
  • Flexibilidad emocional: reconocer y aceptar emociones sin juzgarlas, entendiendo que a veces comer también responde a necesidades afectivas.


Estas experiencias recargan tu corazón, generan bienestar emocional y fortalecen la relación que tienes con la comida, permitiéndote disfrutar sin culpa ni restricciones.

Más que comer: nutrir el bienestar

Cada bocado es una oportunidad para cuidar tu cuerpo y tu corazón. Comer con consciencia, disfrutar de los sabores, nutrirnos de emociones positivas y compartir momentos crea un círculo de bienestar integral. Así, la alimentación deja de ser solo un medio de energía y se convierte en una herramienta de placer, cuidado y conexión, alimentando un corazón vibrante en todos los sentidos.

Cuidar tu corazón no se limita a los nutrientes que consumes.

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