La comida como herramienta de gestión emocional

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¿Cómo la situación de crisis, miedo y dolor que atravesamos como país puede impactar mi alimentación?

Primero es importante empezar a hablar de que la comida no solo es aquella que nos apoya a cubrir nuestros requerimientos nutricionales físicos en el día a día para que nuestro cuerpo funcione. Si no también reconocer que la comida va estrechamente ligada a nuestras señales interoceptivas innatas de hambre y saciedad.

Ahora el tipo de hambre más reconocida es el hambre física, porque va ligada a una sensación propiamente física de vacío estomacal o incluso se reconoce como sonidos o ruidos estomacales que sabemos que se dan cuando hemos dejado pasar mucho tiempo sin comer. Esta hambre física se la ha catalogado como ´´hambre real´´ y la única forma correcta de sentir hambre. Sin embargo, es importante que podamos reconocer y atender los otros significados que tiene la comida y como el hambre llega de diferentes formas a nuestras vidas.

El comer siempre va ligado a nuestras emociones, ya sean positivas u otras difíciles de atravesar pero que debemos de atender y gestionar, y es así como la comida nos ha servido de compañía o resguardo y se puede expresar al tomar un helado cuando se pasa por una ruptura amorosa, también nos puede transportar o revivir un viaje a través de un plato que te gustó mucho de ese lugar que visitaste, te puede hacer recordar y sentir cerca a una persona que ya no está el comer la sopa que siempre te preparaba y por supuesto la comida está ligada a momentos felices y se presenta como una torta de cumpleaños, un pan de pascua o comida especial que nos acompañan en reencuentros, fechas especiales y celebraciones.

Algo a tener en cuenta es que para algunas personas las emociones fuertes como lo son el trauma, tristeza, estrés, incertidumbre, miedo o ansiedad, que pueden darse por ejemplo durante un duelo o al vivir inseguridad en el país, pueden desencadenar distintas reacciones en torno a la comida. A algunas personas las puede desconectar de sus señales internas y presentar falta de apetito y para otras personas en cambio la comida puede servir como vía de escape de esa situación incómoda, difícil o desconocida y brindar confort, refugio y seguridad; así sea momentánea.

La comida como herramienta de gestión emocional

Qué puedes hacer para reconocer y atender los cambios en tu hambre o apetito en momentos de desregulación emocional, sin que esta te sobrepase:

  1. Permite que el hambre y el comer emocional te sirva de contención para atravesar esas emociones, no te culpes o te sientas mal.
  2. Asegura durante el día una alimentación e hidratación suficiente y constante. También atiende tus otras necesidades como el descanso mental y físico durante el día y noche.
  3. Encuentra otras herramientas de gestión emocional: 
    • Leer un libro o escribir.
    • Escuchar un podcast o audiolibro.
    • Salir a caminar o pasear a tu mascota (si es seguro).
    • Cocinar/hornear.
    • Conversar con tu pareja, familia o amigxs.
    • Pintar/Dibujar.
    • Darte una ducha extendida.
    • Orar/ Meditar.
    • Escuchar música o ver una serie, peli o programa favorito.
    • Jugar o pasar tiempo con tus hijxs y/o mascotas.
  4. No sentir hambre no significa que no necesitemos energía, para esto puedes utilizar herramientas valiosas como:
    •  Permítete una estructura de alimentación (flexible) y utiliza alarmas para indicar que deberías atender tus necesidades.
    • Come en compañía de personas que validen tus emociones, puede ser de manera física o en línea.
    • Acompáñate de algún programa, video o música que te sea agradable, evita ver noticias que te preocupen durante ese momento.
  5. Cuando tengas ánimos prepararte comida en mayor cantidad para tenerla disponible cuando preparar algo te pueda costar un poco más.
  6. Permite que alguien más prepare la comida para ti, pide a domicilio o compra comidas listas congeladas y/o de fácil preparación
  7. Prefiere opciones de alimentos y comidas que disfrutes.

En estos momentos difíciles, la comida no debería ser un estresor más, no olvides que la comida y el hambre emocional son una herramienta válida para gestionar tus emociones y que atender tus necesidades es importante. 

Y por último, algo a tener en cuenta es que si sientes que la comida es tu única vía de escape o que tus emociones te llevan a una sensación de descontrol y te sientes incómoda e insegura; en este caso lo mejor que puedes hacer es buscar acompañamiento profesional.

Primero es importante empezar a hablar de que la comida no solo es aquella que nos apoya a cubrir nuestros requerimientos nutricionales físicos en el día a día para que nuestro cuerpo funcione.

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